Valencia, 15 de octubre.
En la infección por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), el tiempo es vida: una rápida identificación de la infección por parte de los profesionales del primer nivel asistencial supone agilizar la puesta en marcha de las medidas terapéuticas oportunas y, por lo tanto, ayudará a mejorar el pronóstico del paciente y a aumentar su esperanza de vida.
Y es que, como destaca el Dr. José Luis Cañada Merino, Coordinador Nacional del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de SEMERGEN, “uno de los principales retos que subsisten para ofrecer una óptima respuesta a la epidemia del VIH consiste desde hace años en disminuir al máximo el retraso diagnóstico de la infección”; tal y como aclara, “con este retraso diagnóstico nos referimos a aquellas personas que ya presentan en el momento de llegar a la consulta un recuento de linfocitos CD4 inferior a 350 células/µl o que muestran un evento característico de que la infección por VIH ha pasado al estado de SIDA”.
En el año 2010, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC), publicaron unas recomendaciones sobre el diagnóstico de la infección por VIH. Ambos organismos propugnan el acercamiento de la prueba diagnóstica de infección por VIH a toda la población, haciendo un especial énfasis en los colectivos más vulnerables, siempre manteniendo las garantías de confidencialidad y voluntariedad.
La guía que se presenta en el transcurso de este Congreso Nacional de SEMERGEN se enmarca en esas directrices. Se dirige especialmente a los profesionales de Atención Primaria que pueden recomendar o realizar pruebas del VIH y a aquellos responsables de estrategias que dan respuesta a la epidemia del VIH, siendo su objetivo principal fomentar el diagnóstico precoz del VIH.