Valencia, 15 de octubre.
La enfermedad cardiovascular, y sus factores de riesgo asociados, son una de las principales ocupaciones y preocupaciones del médico de Familia, tanto en su consulta diaria programada como en la atención urgente (se estima que más de un tercio de las urgencias que se presentan en Atención Primaria se deben a problemas cardiovasculares).
La Atención Primaria, como puerta de entrada al sistema sanitario, desempeña una labor muy importante tanto en la prevención de la enfermedad cardiovascular, abordando los factores de riesgo (principalmente obesidad, hipertensión arterial, diabetes, dislipemia, tabaquismo), como también en el diagnóstico y seguimiento de la propia enfermedad cardiovascular una vez que se ha establecido (cardiopatía isquémica, ictus, insuficiencia cardiaca, arteriopatía periférica…).
“En los casos de enfermedad cardiovascular, incluso tras la atención hospitalaria en los procesos agudos, el paciente termina dependiendo de Atención Primaria, y ahí nuestro papel es muy importante, pues a diferencia de otras especialidades médicas, aportamos una visión integral e integradora de la atención, así que estamos en todas las fases del proceso cardiovascular”, afirman los doctores Vicente Pallarés y Miguel Ángel Prieto, que coordinan un Aula de formación en temas cardiovasculares en el marco del Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Y es que, a juicio del Dr. Vicente Pallarés, de la Unidad de Vigilancia de la Salud de la Unión de Mutuas de Castellón y miembro del Grupo de Trabajo de Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular de SEMERGEN, “mejorar la formación de los médicos de Atención Primaria, primeros implicados en la atención del paciente con elevado riesgo cardiovascular, favorecerá un mejor control de los pacientes mediante un abordaje más correcto, y eso permitirá a su vez, disminuir la morbilidad y mortalidad cardiovascular asociada”. Según resalta este experto, no cabe duda que “el médico de Atención Primaria es un profesional que quiere saber y manejar de forma integral todos los componentes de la salud y de la enfermedad de sus pacientes”.
De ahí que una de las sesiones formativas que más demanda suelen tener en los congresos nacionales de SEMERGEN es el Aula Cardiovascular, que facilita una actividad formativa presencial, interactiva, práctica e integral, que responde a las necesidades de actualización de conocimiento y adquisición de habilidades en el área cardiovascular de los profesionales de AP. En concreto, como especifica el Dr. Miguel Ángel Prieto Díaz, del Centro de Salud Vallobín-La Florida del Área Sanitaria IV (Oviedo) y coordinador del Área Cardiovascular de SEMERGEN, “se trata de actualizar conocimientos para llevar a cabo una detección precoz de la lesión subclínica en órganos diana de la enfermedad cardiovascular, en su etapa inicial asintomática”; esto, a su juicio, “permite una implementación adecuada de medidas terapéuticas, lo más precoz posible, y así se puede modificar la historia cardiovascular del paciente evitando la progresión de su enfermedad”.
Esta iniciativa formativa se estructura en cuatro estaciones, o módulos, en los que se hace una explicación de cuatro pruebas relativamente fáciles de realizar e interpretar y que aportan información tremendamente útil para el control y seguimiento de los pacientes cardiovasculares: medición del grosor de la íntima-media carotídea, la electrocardiografía, la Automedida de Presión Arterial / Monitorización ambulatoria de presión arterial (AMPA / MAPA) y el cálculo del índice tobillo-brazo.
Como explica el Dr. Miguel Ángel Prieto, “son pruebas con buena disponibilidad en general en los equipos de Atención Primaria, que tienen una alta reproductibilidad, con un alto valor pronóstico a la hora de tomar decisiones en nuestra práctica clínica y, por tanto, son pruebas con una buena relación coste-efectividad”.
Cada vez son más los centros que utilizan AMPA/MAPA para el diagnóstico y seguimiento de sus pacientes hipertensos. “Estas dos técnicas permiten medir la presión arterial fuera de la consulta, minimizando el efecto de bata blanca de los pacientes ante los profesionales sanitarios, lo que permite tener un valor predictivo superior a la medida de la presión arterial en consulta, tanto para la lesión de órgano subclínica como para la enfermedad cardiovascular”, asegura el Dr. Vicente Pallarés.
Por su parte, el electrocardiograma es una herramienta de obligado uso en Atención Primaria: “nos permite diagnosticar muchas patologías cardiacas, como la cardiopatía isquémica, hipertrofia de ventrículo izquierdo o la fibrilación auricular, y su utilización debe estar protocolizada como prueba rutinaria en la atención del paciente hipertenso, en el diabético, en el dislipémico,…”, defiende el Dr. Pallarés, quien considera que “tener un electrocardiograma basal en el momento del diagnóstico de los pacientes con factores de riesgo cardiovascular nos permitirá ver los cambios durante su evolución y diagnosticar precozmente patologías cardiacas”.
La medición del grosor de la íntima-media de la arteria carótida (a través de la ecografía o los ultrasonidos) o el cálculo del índice tobillo-brazo también informan de forma fidedigna sobre la posible existencia de lesión subclínica, “y nos ayuda a reenfocar la estrategia de atención al paciente que, en caso de tener este tipo de lesión aún en fase asintomática, ya es de alto riesgo cardiovascular”, advierte el Dr. Miguel Ángel Prieto.